Hace unos días que circulan por la red diversos artículos donde se alerta sobre el posible tratamiento de una ley que otorgue "compensaciones por copia privada" a gestoras de derechos de autor o derechos de interpretación.
Un grave problema de la forma en que se plantea la discusión es que cirscuncribe TODA la cultura al tratamiento de los productos de la industria cultural. Esto presupone que toda manifestación humana (cultura) tiene un fin económico de lucro (es actividad comercial, efectiva o en potencia) y debe ser juzgada en estos términos.
Con este argumento, la copia privada (una figura legal tipificada como NO COMERCIAL) produce pérdidas a los titulares de derechos que piden sean compensadas. Sin entrar en detalles sobre la legalidad y legitimidad de lo que da en llamarse "piratería", están pasando claramente a otro terreno.
Si tiene un fin de lucro, no es copia privada.
Si es copia privada, no hay lucro (ni lucro cesante que reclamar).
Analicemos: si yo quiero comprar un disco puedo hacerlo en la disquería o con los top manta. Un comercio respeta los derechos de los titulares y paga por los derechos de las obras y otro obtiene un lucro a costa de la inventiva de alguien y el negocio de otro. El disco que compro en la calle no será comprado en la disquería. Es evidente en este caso el tema de la pérdida de ganancias, más allá de la discusión sobre si es o no infracción o delito, si es grave o es menor.
Ahora pregunto: cuando mi hijo canta en la escuela sólo le pido a dios ¿quién deja de vender el disco? ¿la disquería o el top manta? ¿quién se perjudica? ¿por qué debo pagar a la discográfica dueña de los derechos de la canción para mostrarle a mi hermano en Italia cómo cantó y bailó mi hijo en la escuela? ¿qué lucro cesaron de percibir?
En realidad, tanto el top manta como la disquería pudieron vender MÁS discos de esos llenos de tierra que nadie busca por pasados de moda, cada vez que alguien recreó la cultura (del mismo modo que los artistas cuando "crearon") y utilizó parte de la obra sujeta a derechos (que deberían detenerse en las cuestiones relacionadas con la comercialización).
Deberían estar agradecidos por seguir cobrando por algo que hicieron hace décadas y no exigir "compensaciones" por semejante tasa de ganancia llegada del cielo y la buena voluntad de la gente, por tanta publicidad que NO PAGARON.
Debemos exigir que las discográficas y los titulares de derechos de autor, de interpretación ,etc, devuelvan una parte considerable de las ganancias abusivas que están obteniendo hoy en la venta de sus productos por toda la publicidad gratuita que nosotros, su público, la sociedad hacemos diariamente y por la cual ellos lucran sin devolver nada.
Es hora que financien las horas de educación musical de todas las escuelas del país con los fondos de SADAIC, CAPIF y otras entidades piratas que se quedan con dinero que cobran por actividades no comerciales que nosotros, la sociedad, realizamos.
Es una buena oportunidad la que nos proponen estas aves de rapiña para revisar socialmente todos los privilegios de los que han gozado indebidamente en este último siglo y exigirles compensaciones urgentes.
PD: El departamento jurídico de PINDAPOY está analizando las acciones a seguir ante la insistencia de Doña Cata en seguir regalando las naranjas de su planta a los vecinos sin cobrar. Este delito de piratería provoca anualmente copiosas pérdidas a una industria indispensable y la caída de numerosas fuentes de trabajo. Expertos de Monsanto analizarán la composición genética del producto para descartar un posible caso de "usurpación de patente".
PD2: Futbolistas Argentinos Agremiados está trabajando en un proyecto de Ley para gravar con un canon la venta de pelotas de fútbol, camisetas, botines, etc, ante el claro lucro cesante que se produce diariamente en las miles de canchitas del país cada vez que alguien hace una rabona sin pagarle a Borgui, "la de Dios" sin abonar los derechos al loco Gatti, o la "mano de dios" sin pasar por caja a dejar las regalías correspondientes al D10Z.
PD3: Miro a mi hijo, pronto a cumplir 17 meses de vida y pienso en las pérdidas que Unilever está teniendo cada vez que Rodrigo mira la propaganda de Ala y él repite el llamado: "Danieeel". Evidentemente debo compensar a la firma (o a la empresa publicitaria, no me queda claro bien a quién) por el uso de un nombre que seguramente ellos inventaron (si no, no lo podrían usar en la propaganda, o por lo menos habrían pagado a los titulares de los derechos del nombre, no?).
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